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LUZ DEL MAR. Dúo de Guitarras Es la maravillosa unión musical entre dos figuras femeninas del panorama actual: la joven guitarrista flamenca Laura Calderón, una de las nuevas voces más prometedoras del flamenco instrumental, y la guitarrista clásica Ekaterina Zaytseva, reconocida por su exquisita sensibilidad y su maestría técnica, consolidada como una de las grandes
intérpretes de su generación. Su repertorio es un diálogo profundo entre la tradición y la creatividad, entre la emoción del flamenco y la elegancia de la música clásica. A través de obras de Isaac Albéniz, Manuel de Falla, Sabicas o composiciones originales de Laura Calderón, el dúo explora la riqueza expresiva de la guitarra española en todas sus dimensiones. Piezas que evocan la España modernista, palos flamencos como la bulería o la farruca, y creaciones propias que cruzan fronteras estilísticas con naturalidad y fuerza. Luz de Mar combina la sutileza tímbrica de la guitarra clásica con el carácter apasionado y rítmico del flamenco más auténtico, creando una experiencia musical envolvente, contemporánea y profundamente femenina.
Autor: Borja Ortiz de Gondra Dirección: Chiqui Carabante Reparto: Antonio Molero, Pepe Viyuela, Mar Calvo y José Ramón Iglesias Diseño de espacio escénico: Walter Arias Diseño de Vestuario: Salvador Carabante Diseño de iluminación: Benito Giménez El barbero de Picasso es una hilarante comedia que toma como punto de partida la conocida relación de amistad y camaradería que el pintor malagueño mantuvo con su peluquero Eugenio Arias en Vallauris desde 1948. Choques culturales en aquella Francia de exiliados que discuten animadamente —a la española— sobre toros, política o arte, mientras nos conducen a reflexionar sobre nuestro pasado; sobre nuestra ancestral incapacidad —también muy española— de comunicarnos para construir.
Texto : Eusebio Calonge Dirección: Paco de La Zaranda Con: Ingrid Magrinyá, Natalia Martínez, Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez y Enrique Bustos Diseño de espacio escénico: Paco de La Zaranda Diseño de iluminación: Peggy Bruzual La mítica compañía de culto jerezana La Zaranda nos ha brindado excelentes trabajos con un sello propio singular e inconfundible, basado en los juegos lingüísticos y escénicos, barroquismo, el uso simbólico de los objetos, la viveza de los personajes, un cuidado máximo del texto lleno de matices poéticos, hondas reflexiones sociales y puestas en escena expresionistas. Eusebio Calonge ha vuelto a escribir un magnífico texto. Todos los ángeles alzaron el vuelo.
Cantaora de Los Palacios (Sevilla) Reyes Carrasco, hija de la cantaora María José Carrasco, es una de las artistas más jóvenes y prometedoras del flamenco actual. A lo largo de su carrera ha acumulado numerosos premios y reconocimientos que destacan su precoz talento. Reyes ha participado en más de 80 festivales flamencos de gran relevancia. Además, ha compartido escenario con figuras destacadas como Estrella Morente, José Mercé, Esperanza Fernández y Rosario Flores. Reyes Carrasco ha logrado consolidarse como un referente del flamenco contemporáneo, combinando tradición y juventud, y marcando hitos únicos en la historia del género, siendo reconocida como una auténtica promesa de la música flamenca.
Israel Galván: Coreografía y baile María Marín: Cante Rafael Rodríguez: Guitarra En el flamenco, como en todas las artes, historiadores, especialistas y críticos han ido definiendo progresivamente unos periodos de referencia a los que han llamado La Edad de Oro. La Edad de Oro del flamenco corresponde al periodo que va del último tercio del siglo XIX al primer tercio del siglo XX. Esta Edad de Oro se refiere principalmente al cante y al baile, ya que la guitarra tardaría aún muchos años en desarrollar su auténtica valía. Desde este punto de vista ningún cantaor o bailaor de hoy, salvo casos excepcionales, podría igualar en calidad, pureza y creatividad, a aquellos que, llevando el flamenco a su apogeo, han firmado esta Edad de Oro. Habría, desde entonces, un declive de los cánones formales del arte flamenco tal y como quedó establecido en esa época dorada. Empobrecimiento, simplificación, mestizajes y fusiones, así como pérdida de contenidos, de sentido y del espíritu que animaba a este arte.